La logística de producción ha sido, desde siempre, un sector lineal y previsible. A lo largo de los años, los fabricantes se han ubicado como el eslabón entre los proveedores de materias primas y los distribuidores.
No obstante, la realidad económica de hoy en día ha roto con lo tradicional y ha obligado a las empresas a afrontar procesos de fabricación customizados con un stock de materiales tan grande como heterogéneo.
Tendencias como el just-in-time, la internacionalización de los mercados y las enormes demandas de los clientes respecto a la velocidad de entregas están cambiando la transformación de la logística de producción.
Así las cosas, en este post, definiremos y pondremos en valor las características del nuevo paradigma de este tipo de logística y comprobaremos cuáles son las mejores estrategias para optimizarla.
Qué es la logística de producción
La logística de producción incluye la gestión y optimización de los procesos de almacenamiento, además del movimiento de materiales en las instalaciones vinculadas a un centro de fabricación. En resumen, engloba todos los procesos logísticos surgidos desde la compra de materias primas hasta la creación del producto.
Tipos de procesos de producción
Para comprender mejor el funcionamiento de la logística de producción, hay que conocer los dos sistemas de fabricación más comunes.
Fabricación para stock o sistema push
Se da si el producto final responde a una gran demanda y dispone de características estándares que no tienen ninguna personalización. De este modo, las fábricas manufacturan los artículos por adelantado.
En el sistema push estos pasan directamente al almacén y, así, el departamento comercial tan solo tiene que centrarse en vender el stock disponible en almacén (al revés que en el segundo sistema: el pull).
Fabricación sobre pedido o sistema pull
En el sistema pull es al contrario: la fábrica produce cuando recibe los pedidos de los usuarios, a los que se les proporciona una fecha de entrega fijada. Con esta metodología, a pesar de que no haya stocks de producto acabado, la compañía sí que puede mantener inventarios de productos semielaborados, dado que estos permiten reducir los tiempos de entrega cuando el pedido del cliente se ha realizado.
La relación entre producción y logística en la industria
El trabajo de la logística de producción es minimizar el lead time de fabricación, esto es, el tiempo que transcurre desde que una orden de trabajo se genera hasta que el producto está finalizado.
Para disminuir los tiempos de producción, muchas compañías industriales prefieren proveedores locales de materiales y componentes, una tendencia que está cambiando poco a poco por la deslocalización de empresas.
Otro aspecto básico en este tipo de logística es la gestión de stock, vital para conseguir una fabricación más rápida. Así, el almacén debe ser capaz de gestionar con eficacia los dos tipos de demanda que afectan a la logística de producción:
- Demanda de los clientes finales: independiente del proceso productivo, basada en previsiones de ventas o en pedidos solicitados a fábrica.
- Demanda de la fábrica: dependiente del proceso de fabricación, que pide al almacén las materias primas necesarias para crear el producto final.
Coordinar las áreas de producción y de logística significa controlar estos dos tipos de demanda y organizar los almacenes industriales según cada una. Las instalaciones de almacenaje relacionadas con las plantas productivas pueden almacenar productos acabados, componentes o materias primas que proporcionan al proceso productivo o piezas y recambios para el servicio posventa.
La importancia de la integración en logística de producción
Hoy en día, la industria está ante un panorama de fabricación flexible y diversificado, donde ofrecer un servicio eficaz al cliente varía en función del correcto engranaje de la logística de producción.