Durante los primeros 7 meses del año 2025, más de un millón de nuevos vehículos eléctricos fueron matriculados en Europa. Esto supone cerca del 16%, según ACEA, de los nuevos vehículos en la Unión Europea, mostrando un crecimiento notable en el sector de los automóviles eléctricos.
Estos datos no solo afectan a turismos, sino que también reflejan los resultados del crecimiento acelerado en el sector de vehículos comerciales ligeros, donde las furgonetas eléctricas están ganando terreno, ofreciendo soluciones limpias y eficientes para el transporte de mercancías.
El cambio hacia una movilidad más eficiente
Las furgonetas eléctricas están cada vez más presentes en la toma de decisiones de empresas y particulares, que se sienten atraídos por el bajo mantenimiento, el ahorro en combustible y las ventajas fiscales. Pero una pregunta sigue sobrevolando sus mentes antes de tomar la decisión: ¿Cuánta autonomía ofrece realmente una furgoneta eléctrica?
¿Qué es la autonomía de un vehículo?
Cuando hablamos de la autonomía de una furgoneta eléctrica, nos referimos a la distancia máxima que puede recorrer con una carga completa de su batería antes de necesitar recargar. Esta medida es esencial para planificar rutas y organizar el trabajo diario, especialmente en vehículos comerciales.
La autonomía real de una furgoneta eléctrica
Como verás a continuación, puede variar según el modelo, la capacidad de la batería y el uso que se haga del vehículo.
En promedio, las furgonetas eléctricas pequeñas pueden recorrer entre 200 y 300 km con una sola carga, mientras que las versiones medianas o de carga pesada alcanzan 350 o incluso superan los 400 km gracias a las nuevas baterías de iones de litio.
Un ejemplo destacado es el Volkswagen ID. Buzz Cargo, una furgoneta 100% eléctrica que ofrece una autonomía de hasta 448 kilómetros bajo el ciclo WLTP.Esta cifra la hace adecuada para realizar tanto repartos urbanos como trayectos más largos sin preocupaciones de carga constante.
Autonomía eléctrica vs. vehículos de combustión
La principal duda que surge a la hora de comprar una furgoneta eléctrica frente a una de combustión tradicional es la diferencia de autonomía.
Aunque es cierto que las furgonetas diésel o gasolina ofrecen un amplio rango total por vehículo (en algunos modelos se sitúan entre los 600 y 900 km de promedio), las furgonetas eléctricas han acortado esta brecha de manera significativa.
Gracias a la mejora de las baterías de iones de litio, la optimización del peso y los sistemas de frenada regenerativa, hoy pueden recorrer más de 400 km con una sola carga, resultado más que suficiente para efectuar trayectos urbanos y suburbanos.
Si a esto le añadimos la proliferación de puntos de carga y la reducción de costes por kilómetro, la balanza comienza a equilibrarse a favor de la movilidad eléctrica.
En resumen, en términos de eficiencia, vemos que los vehículos eléctricos convierten aproximadamente el 90% de la energía de la batería en movimiento, frente al 25-30% de los motores de combustión interna.
¿Qué significa esto? Que aunque la autonomía sea ligeramente menor, la energía se aprovecha de manera mucho más eficiente, con menos desperdicio y sin emisiones directas de CO2.
¿Qué factores influyen en la autonomía de una furgoneta eléctrica?
La cifra de autonomía homologada (WLTP) es un punto de partida, pero en el uso profesional diario, el alcance real de una furgoneta eléctrica depende de múltiples variables. Entenderlas es clave para planificar tus rutas y optimizar tu jornada. Estos son los factores más decisivos:
- La carga: En un vehículo comercial, este es el punto más importante. La física es implacable: a mayor peso transportado, mayor será la energía que el motor necesita para mover el vehículo. Una furgoneta que circula vacía tendrá una autonomía muy superior a una que va a plena carga. Por ello, la planificación de rutas debe tener muy en cuenta cuánta carga se transporta en cada trayecto.
- La velocidad y el tipo de ruta: Aquí hay una gran diferencia con los vehículos de combustión. Las furgonetas eléctricas son más eficientes en entornos urbanos. El tráfico de "parar y arrancar" (Stop & Go) permite al sistema de frenada regenerativa recuperar una cantidad significativa de energía en cada deceleración. Por el contrario, la autopista es el escenario más exigente: mantener una alta velocidad constante provoca un consumo energético elevado debido a la resistencia aerodinámica, y apenas hay oportunidades de regenerar.
- El estilo de conducción: La anticipación es tu mejor aliada. Una conducción suave, que evite acelerones bruscos y frenazos de última hora, optimiza la duración de la batería. Una conducción agresiva o "deportiva" no solo es insegura, sino que drena la autonomía a un ritmo vertiginoso.
- La climatología y la temperatura ambiente: Las baterías de litio funcionan de manera óptima en un rango de temperatura templado. El frío extremo, especialmente por debajo de los 0°C, reduce su rendimiento. Esto ocurre por dos motivos: la propia química de la batería se vuelve más "lenta" y, además, el vehículo debe destinar una parte importante de la energía a calentar tanto la propia batería como el habitáculo, reduciendo los kilómetros disponibles para la conducción.
¿Por qué elegir una furgoneta eléctrica?
Tomar la decisión de electrificar una flota o un vehículo profesional va mucho más allá de la preocupación por la autonomía de las baterías. Hoy en día, apostar por una furgoneta eléctrica es una decisión estratégica con ventajas cada vez más evidentes, tanto operativas como económicas.
La ventaja más tangible se nota en el bolsillo a diario. El coste por kilómetro es drásticamente reducido, ya que cargar una batería eléctrica puede suponer un ahorro de hasta cinco veces frente a lo que cuesta llenar un depósito de diésel equivalente.
Este ahorro inmediato se multiplica a medio y largo plazo gracias a un mantenimiento mínimo. Los motores eléctricos eliminan gran parte de las piezas de desgaste de un vehículo de combustión. Esto significa decir adiós a los cambios de aceite, filtros complejos, correas de distribución o reparaciones de embrague, lo que se traduce en muchas menos visitas al taller y un coste de propiedad significativamente menor.
Además, la experiencia de conducción se transforma. La marcha silenciosa y sin vibraciones reduce la fatiga en las largas jornadas de reparto urbano.
Esta naturaleza sostenible no solo mejora la calidad de vida en la ciudad, sino que se convierte en un pasaporte de acceso: al ser vehículos cero emisiones, garantizan la entrada sin restricciones a las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), cada vez más estrictas.
Si estás pensando en renovar tu flota, el horizonte es aún más prometedor. Se espera que las furgonetas eléctricas que lleguen de cara a 2026 consoliden estas ventajas con mejoras significativas, como baterías más ligeras, puntos de carga mucho más rápidos y autonomías que superarán los 450 km.
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