almacenamiento en frio

Retos y soluciones del almacenamiento en frío

El almacenamiento en frío es uno de los pilares de toda empresa que trabaje con mercancía almacenada a temperatura controlada, algo normal en la industria agroalimentaria, farmacéutica, química, etc.

Y es que estas empresas tienen que garantizar que los procesos de manipulación, conservación, almacenamiento y distribución de los productos se lleven a cabo a una temperatura exacta.

La razón está clara: romper la cadena de frío puede conllevar problemas como el deterioro prematuro de la mercancía, la pérdida de sus propiedades organolépticas, la proliferación de bacterias y microorganismos nocivos para el ser humano…

¿Qué es el almacenamiento en frío?

Este tipo de almacenamiento mantiene los productos a baja temperatura, como alimentos lácteos, carnes o verduras, además de medicamentos o determinados cosméticos deben conservarse en cámaras de congelación o frigoríficas para mantener sus propiedades.

Así las cosas, se necesitan instalaciones logísticas adecuadas a las rigurosas exigencias del sector. Las cámaras de almacenaje, construidas con paneles sándwich, cuentan con equipos de refrigeración que aseguran la apropiada regulación de la temperatura ─compresores, condensadores, válvulas de expansión y evaporadores─.

Asimismo, las estanterías para cámaras frigoríficas tienen que ser estructuras diseñadas para trabajar en ambientes fríos y se suelen fabricar en acero inoxidable.

Requisitos del almacenaje en frío

Uno de los obstáculos de este tipo de almacenamiento son los efectos adversos que las bajas temperaturas pueden causar en la salud humana y en los equipos de almacenaje y manutención.

Así, los operarios tienen que llevar ropa de trabajo de protección contra el frío como abrigos, pantalones térmicos o guantes. Además, los equipos instalados en una cámara frigorífica o de congelación deben adaptarse a estos ambientes.

Puesto que los productos almacenados en frío son sensibles a los cambios de temperatura, las cámaras frigoríficas suelen disponer de sensores que controlan la temperatura de la instalación. Asimismo, se usan deshumidificadores que reducen considerablemente la formación de hielo.

Los almacenes siempre tienen que mantener la temperatura correcta, con el inconveniente de que son instalaciones donde se dan muchas entradas y salidas de productos. La solución que evita la pérdida de frío es el sistema SAS (Security Airlock System).

Este sistema cuenta con dos puertas rápidas ─una da a la cámara y la otra al exterior─ que nunca están abiertas simultáneamente. Así, se impiden cambios bruscos de temperatura, pérdida de frío y condensaciones.

Lógicamente, una limpieza apropiada de las cámaras frigoríficas evita la proliferación de microorganismos que podrían dañar los productos almacenados. Hay que realizar dos procesos: eliminar la suciedad visible y sanitizar con productos químicos que eliminan los microorganismos perjudiciales para la mercancía.

La construcción de un almacén para frío

Este tipo de almacenamiento se trata de una operativa muy exigente, ya que conservar los productos en las condiciones ideales necesita una organización idónea de todos los procesos que forman la cadena de suministro.

Al construir un almacén para frío hay soluciones muy diversas, desde la robótica hasta un software de gestión de almacenes, que ayudan a las compañías a llevar una gestión estricta de la cadena de frío y a lograr lo siguiente:

  • Más eficiencia energética
  • Garantizar la trazabilidad de los productos
  • Limitar la exposición al frío
  • Aumentar el espacio de almacenaje

Almacenamiento en frío: el cuidado del detalle

La exigencia es uno de los pilares fundamentales de la logística, pero en el sector de los congelados y refrigerados se eleva a la máxima potencia. Así, en las cámaras de almacenamiento en frío, todo está controlado para evitar la interrupciones en la cadena de frío.

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